domingo, abril 29, 2007

Pájaro y Luna



La antología Pájaro y Luna (Ediciones Matanzas, 2006) recoge una exquisita selección de los poemas en los que Digdora Alonso ha reflexionado en torno a la naturaleza, sin duda uno de sus más frecuentados temas.
Rolando Estévez, también poeta, se encargó de escoger los textos, tomando como base los libros Como ángel cierto (Unión, 1988), Casi invisible al atardecer (Matanzas, 1984), Yo, mi desconocida (Unión, 1998), Contemplaciones (Unión, 2004), Rosa de Jericó y otros poemas (Vigía, 2004), y algunas composiciones inéditas.
Según afirma Gaudencio Santana, editor de este volumen, se trata de versos “en los cuales conversa con nosotros un pájaro, una araña, un gato que recuerda el haber sido un dios”, signos elementales “que Digdora va llenando de contenido, como un deseo propio por trascender aparentes insignificancias y llegar a decirle a los seres humanos que a veces lo que menos llamativo nos resulta es esencia de la poesía”.
O, mejor, esencia de lo que es el hombre, pues la verdad es que en el fondo ella toma a la naturaleza, parte de la naturaleza para arribar al hombre, a su existencia en sentido general (a sus inquietudes, a los movimientos de su alma, de su vivir cotidiano).

Después de acompañar a Wiliam Jones



Después de acompañar a Wiliam Jones se titula el volumen de poesía que la Editorial Letras Cubanas le ha publicado a Israel Domínguez, joven escritor nacido en Villa Clara en 1973, y residente en la ciudad de Matanzas desde hace algunos años.
Cerca de 60 poemas recoge este libro que es sobre todo vida pura, sensación en vivo, pues explora a fondo las palpitaciones de la cotidianidad y percibe con exactitud sus contrapunteos, su diversidad y la vez su unidad (polos opuestos se atraen), reflejo directo de la propia dimensión del alma humana, asombrosa por lo compleja que es.
Como dice la física, la energía no desaparece así como si nada, sino que se transforma, y luego renace dándole fuerzas a nuevas formas. De este mismo modo Israel Domínguez retoma (y modela creadoramente a su manera) la aridez y la ironía con que en su momento trabajaron la materia poética los norteamericanos T.S.Eliot y Ezra Pound, santos de su devoción.
Los temas ‘novedosos’ ya se han agotado hace mucho tiempo. Todo lo que se ha hablado o escrito a lo largo de los siglos ha tenido un único punto de partida: el hombre y en torno a esa criaturita al parecer inacabable se han rellenado toneladas de papel. Después de acompañar a Wiliam Jones aporta en ese sentido lo único que en verdad puede aportar cualquier buen libro: una perspectiva diferente a la hora de reflexionar, de sentir los asuntos comunes de todos los tiempos: la vida, el amor, la muerte, la religión, las relaciones humanas, la sociedad...
Aunque ríspidas como algunos de los pensamientos a los que dan forma, las palabras de Israel Domínguez parten siempre de la sencillez, que no es tan fácil lograr como parece y necesita para materializarse habilidades, sabidurías notables.
Antes que Después de acompañar a Wiliam Jones, ya Israel Domínguez había publicado otros libros como Hojas de Cal (Editorial Abril, 2001), Collage mientras avanza mi carro de equipaje (Ediciones Vigía, 2002) y Sobre un fondo de arena (Colección Sur, 2004). Entre los premios que ha ganado están: Calendario 1999, José Jacinto Milanés y Dador.
Es, no hay dudas, un artista que va creciendo, verso a verso, humildemente, pero con una mirada siempre muy singular.