jueves, septiembre 27, 2007

Por primera vez Premio de la Crítica para libro matancero


Con el libro Más horribles que yo, del escritor Luis Lorente, Ediciones Matanzas ha recibido por primera vez en su historia el Premio de la Crítica, reconocimiento anual que distingue las mejores propuestas literarias publicadas en toda la Isla.
Editado por Alfredo Zaldívar, y con diseño de Johann E. Trujillo, el volumen se presentó con gran éxito en la Feria Internacional del Libro del año pasado y sorprendió por su notable calidad integral.
Según afirma Zaldívar, “Más horribles que yo recoge poemas y prosas en su mayoría de temas y personajes matanceros, textos en los que asumen papel esencial el fino humor y sobre todo la memoria, como provocación y evocación”.
Luis Lorente, nacido en la matancera ciudad de Cárdenas en 1948, ha publicado ya unos cuantos volúmenes. Esta es la segunda vez que gana el Premio de la Crítica. Antes le habían adjudicado también galardones como el David y Casa de las Américas.
En esta nueva edición del Premio de la Crítica, correspondiente al 2006, triunfaron otros nueve libros: los poemarios Born in Santa Clara, de Sigfredo Ariel, y Catch and release, de Reina Maria Rodríguez; los ensayos Calzar el coturno americano, de Elina Miranda, y Los nuevos paradigmas: prólogo narrativo al siglo XXI, de Jorge Fornet; las novelas Las edades transparentes, de Lourdes González, y Perro Viejo, de Teresa Cárdenas (para niños y jóvenes); los libros de cuentos Ámbito de Hipermestra, de Mercedes Melo, y Corazón de libélula, de Nersys Felipe (para niños y jóvenes); y el Teatro escogido, de Eugenio Hernández.
Seis editoriales fueron reconocidas en total: Letras Cubanas y Unión encabezan los premios, con tres en cada caso, y uno cada una obtuvieron Matanzas, Oriente, Casa de las Américas y Alarcos.
El Jurado, integrado por Enrique Saínz (Presidente), Ivette Vian, María Elena Llana, Nara Araújo, Jesús David Curbelo, Norge Espinosa, Alex Pausides y Reinaldo Montero, sesionó en el Centro Cultural Dulce María Loynaz de esta capital, donde será otorgado oficialmente el Premio, el 22 de octubre a las cinco de la tarde.

miércoles, septiembre 26, 2007

Vigía publica poema inédito de Digdora Alonso

En un pergamino finamente elaborado, Ediciones Vigía acaba de publicar un poema inédito de Digdora Alonso, notable escritora fallecida el pasado primero de junio en su natal ciudad de Matanzas.
El poema se titula Incógnita. El diseñador Rolando Estévez, uno de los grandes amigos de la poetisa, lo halló entre la papelería que ella le legara y que, para beneficio general de la cultura cubana, podrá consultarse libremente en un pequeño archivo inaugurado en Vigía.
Además de presentarse el pergamino, como parte del agradecimiento a su aporte intelectual se colocó una placa de cerámica con un poema suyo frente a la margen del río San Juan, justo a un costado del parque que rememora a los emigrantes canarios fundadores de Matanzas
Entre los libros más significativos publicados por Digdora Alonso a lo largo de su vida, se encuentran Yo, mi desconocida, Bajo el hongo, Como un ángel cierto, Rosa de Jericó y otros poemas, Contemplaciones y Casi invisible al atardecer.
El año pasado Ediciones Matanzas había dado a la luz Pájaro y Luna, una antología en la que se hacía una selección de los poemas en los que Digdora Alonso ha reflexionado en torno a la naturaleza, sin duda uno de sus más frecuentados temas.

Incógnita
¿Dónde está el cementerio de los pájaros?
¿A qué lugar remoto y desconocido
emprenden su último y definitivo vuelo?
Algunos los he visto morir, casualmente,
por el impacto brutal de un autobús
o la criminal audacia de un tirapiedras
Pero los otros, ¿en qué lugar reposan?
¿O es que acaso nunca mueren, sino
que un día, volando simplemente,
se vuelven aire, luz, color o música?
¿Serán ellos los únicos y privilegiados seres
Que entran sin reparo al Paraíso?Creo que nadie nunca lo sabrá.

viernes, septiembre 07, 2007

El Quijote hermana hombres

Una curiosa anécdota que en 1885 le ocurrió a su padre (un general mambí) en Ciénaga de Zapata, sirvió como punto de partida para que la escritora Dulce María Loynaz (1902-1997) reflexionara en torno a esa gran novela que se llama Historia del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
La poeta cubana señalaba, de manera específica, los grandes valores humorísticos de esa obra universal. Lo hizo durante el discurso que pronunciara en 1993 al recibir oficialmente el Premio Cervantes de Literatura.
Al publicarlo en Cuba, Dulce María lo tituló “La risa, cuando puede participarse, hermana a los hombres”. A continuación, reproducimos algunos de sus más interesantes fragmentos:


“En su libro Memorias de la Guerra cuenta mi padre, el general Enrique Loynaz del Castillo, cómo, recorriendo la Ciénaga de Zapata durante la campaña de 1885, vino a dar a un claro del bosque donde un oficial del ejército español dormía con la cabeza apoyada en un libro. Al ruido de pisadas en las hojas secas despierta el durmiente que viéndose sorprendido escapa dejando abandonados en el suelo un estuche de cuero y el libro que le sirviera de almohada. Mi padre recoge ambas cosas, entrega al oficial que le acompaña el estuche donde brillaba la rica joya y retiene el libro en cuya cubierta empieza a leer: Historia del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha por don Miguel de Cervantes y Saavedra.
Continuando la marcha por la inhóspita zona, mi padre y sus compañeros se extravían y tras caminar un buen trecho, rendidos de fatiga, se sientan en el tronco de un árbol derribado. Mi padre abre el libro y empieza a leer para sí, y luego se interrumpe con risa que no ha podido contener.
-¡Siga, siga riendo! -dicen los otros-, que esa risa nos hace pensar que ya usted encontró el modo de salir de este infierno-. Mi padre vuelve a leer el párrafo que provocó su hilaridad, esta vez en voz alta. Y todos ríen juntos, como si, en efecto, ya vieran resuelta la angustiosa situación.
La risa, cuando puede participarse, hermana a los hombres. Por otra parte no es difícil llorar en soledad y, a cambio, es casi imposible reír solo.
La risa es una sustancia casi volátil, quiero decir difícil de conservar. Lo que hacía reír a nuestros abuelos ya hoy no nos hace reir (...)
Por eso considero importante detenerme en resaltar esta faceta del libro inmortal (...)
Mi padre lee algunos pasajes del Quijote y ríe. Pero, ¿dónde se encontraba mi padre?, en la más difícil de las situaciones, perseguido y extraviado en plena selva tropical. Las condiciones no podían ser más adversas y, sin embargo, mi padre ríe tan espontáneamente que su risa es contagiada a sus compañeros. ¿Quién hizo el milagro? Un hombre que vivió hace cuatrocientos años y lo suscitó con palabras escritas en un papel.
A lo largo de los siglos este libro ha sido leído, releído y comentado. Es difícil hallar otro con tanta repercusión en los hombres de distintos tiempos y distintos países (...)
Hay quien pretende que Cervantes solo se propuso ridiculizar y por tanto erradicar los libros de caballería tan en boga en su tiempo. Rechazo esta tesis: Me parece que rebaja el mérito del gran escritor y de la gran obra.
Equivaldría a decir que Cervantes apuntó a una codorniz y cobró un águila real.
Nunca me he afiliado a las teorías casuales, creo que en todo hay un origen y un propósito (...)”