Carlos Esquivel Guerra (Las Tunas, Elia, 1968) afirmó que le quedan muchas deudas con la poesía, a pesar de que ha publicado más de una decena de libros que le han dado visibilidad entre los poetas contemporáneos de la Isla.
“Me quedan deudas temáticas, me queda una vida, o un pedazo de vida, que manchar con, y entre, palabras. Me quedan, aún, aquellos desafíos con los que comencé a escribir (...)”, dijo Esquivel tras la presentación de El ciclo de nadie, antología personal de su obra poética, publicada por Ediciones Vigía este año.
Esta selección recoge un total de 43 textos, pertenecientes a 11 libros que dio a conocer entre 1999 y 2008, en los cuales aborda la búsqueda en las raíces de la nacionalidad, el viaje, la guerra, la marginalidad, el cine, el baseball y otras cuestiones que aportan elementos a sus indagaciones en torno a la esencia del ser humano.
“Me muevo hacia distintas zonas, a ratos lúdicas, a ratos hirientes, casi solemnes, un poeta de lo que podría llamarse neovanguardia, pero me temo que ni siquiera tal conceptualización es exacta, o relativamente exacta”, dijo Esquivel, tratando de ubicar, de definir su manera de concebir la poesía.
“Escribo décimas, epigramas, poemas en prosa que no son ni una cosa o la otra (y esa máscara presupone un hallazgo sin otros límites que los corrosivos), un goteo silvestre cerebral, algo distinto a lo que admiro, porque de eso se trata: tolerar el desafío de cualquier tradición y desafiar esa misma tradición”.
Estela Ación, editora de El ciclo de nadie, afirma que en el mismo “se presenta una gran variedad de textos, en los que se percibe la evolución, el crecimiento de este importante poeta cubano”.
El diseño de esta antología personal de su obra poética estuvo a cargo de Abdel de la Campa, quien empleó en su propuesta visual diversos materiales: textiles, recortería de cajas, papeles de diversas texturas...
Poeta y narrador, Carlos Esquivel Guerra (Las Tunas, Elia, 1968) ha ganado premios como: el Iberoamericano de la Décima Cucalambé 2005”, Jara Carrillo 2006 en España, La Gaceta de Cuba, José María Heredia, Hermanos Loynaz, Oriente, Manuel Cofiño, y Regino E. Boti, entre otros.
Textos suyos aparecen en revistas y en antologías de más de diez países. Es autor, entre otros, de los libros Perros ladrándole a Dios (poesía, 1999, Premio a la mejor Ópera Prima del año); Tren de Oriente (México, poesía, 2001); Los animales del cuerpo (cuento, 2001); La isla imposible y otras mujeres (cuento, 2002), El boulevard de los Capuchinos (poesía, 2003); Matando a los pieles rojas (poesía, 2008) y Los hijos del kamikaze (poesía, 2008).
Fundada exactamente en el año 1985, Ediciones Vigía se caracteriza por producciones totalmente manufacturadas, esgrafiadas, confeccionadas con papeles de desecho, materiales rústicos, iluminadas a mano y en tiradas de doscientos ejemplares.
Es tan peculiar el diálogo entre texto y diseño gráfico, que sus libros se convierten en verdaderos objetos de arte codiciados por instituciones públicas o coleccionistas privados del mundo.
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