La presencia de Antón Arrufat como especial convidado hizo que se convirtiera en una fiesta de pensamiento la habitual tertulia organizada por Carilda Oliver Labra en el Palacio de Junco, de la ciudad de Matanzas.
La pluralidad y maestría de sus acercamientos a la literatura (a través de géneros diversos como el teatro, la novela, el cuento, el ensayo) ha estimulado durante años la reflexión de muchos intelectuales cubanos, algunos de los cuales decidieron poner sus cartas sobre la mesa en esta ocasión.
Margarita Mateo se refirió a las incursiones de Arrufat en la ensayística, recogida en parte en El hombre dicursivo, volumen que este año publicó la editorial Letras Cubanas, donde se revela parte de sus ideas, de sus gustos e intereses personales y literarios.
Su dramaturgia fue examinada por Abel González Melo (que no puedo asistir al encuentro), quien dejó escuchar sus consideraciones utilizando como intermediaria la voz de Norge Espinosa.
Jorge Ángel Pérez leyó algunas reflexiones generales sobre la obra del invitado de honor, enviadas desde el extranjero por la poeta matancera Damaris Calderón.
Alfredo Zaldívar se refirió a su experiencia como lector de los versos de Antón Arrufat, que aprovechó tal coyuntura para dar a conocer un montón de poemas, algunos inéditos, otros sólo publicados en revistas.
Antón Arrufat (Santiago de Cuba, 1935) obtuvo en el 2000 el Premio Nacional de Literatura y ha recibido en cuatro ocasiones el Premio de la Crítica (y recientemente el Julio Cortázar, de cuento), entre sus obras más conocidas se encuentra Los siete contra Tebas (teatro) y La noche del Aguafiestas (novela).
Confesó un singular respeto por Carilda Oliver Labra, su anfitriona, también Premio Nacional de Literatura, a quien por cierto le dedicó uno de los textos que aparecen en El hombre discursivo, donde analiza el único libro de cuentos publicado por la matancera, más conocida por su labor en la poesía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario