Notable claridad sobre la cuentística matancera actual, sobre sus principales cultivadores y tendencias, ha traído La hora cero, antología que este año presentó Ediciones Aldabón, con selección de Alberto Abreu e Isnalbys Crespo.
En este volumen se recogen propuestas de 27 narradores, nacidos o que residen en Matanzas. A firmas ya establecidas como las de Aramís Quintero, el mismo Alberto Abreu, Charo Guerra, Teresa Cárdenas y José R. Menocal (entre las que también se incluye la incursión en este género de Carilda Oliver Labra), se unen las de otras jóvenes promesas como Mabel R. Cuesta y Daneris Fernández.
La hora cero era realmente un libro que hacía falta para ver mejor cómo andaba la cosa por estos lares en una manifestación como esa.
En tal visión panorámica radica sin duda una de sus principales virtudes, por más que sus antologadores se revelaran contra la misma, no queriendo que fuera "la fotografía de un grupo o de una generación, tampoco la historia del cuento matancero".
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