Al presentar en programas radiales o televisivos nuevas interpretaciones de algún grupo musical cubano, a veces los locutores aseguran con presunción, a toda voz, que se trata de un estreno mundial. Si bien en un inicio provoca la risa –por lo ingenua, por lo burdamente efectista que es–, luego la afirmación da qué pensar, sobre todo si se conecta con el proceso globalizador, que como ya se conoce hasta la saciedad, provoca que hoy en día los hechos, unos con otros, se mezclen, reflejen o refracten continuamente.
Por muy leve que parezca, por muy lejos de todo que aparente hallarse, en un solo un momento cualquier cosa puede estar en boca del mundo entero. Como se dice por ahí: siempre hay un ojo que te ve. O mejor, readaptándolo a la contemporaneidad: siempre hay (o puede haber) un Medio de Difusión Masiva que nos ve (o alguien con teléfono, correo electrónico o conexión con INTERNET).
De modo que vale la pena decir, con todas las fanfarrias, sin ningún tipo de sonrojo, que ahora se presenta, para el mundo entero, otra edición (la correspondiente al primer cuatrimestre de este año) de la ya reconocidísima revista Matanzas.
Por cierto, si de amplitud, de pluralidad de visiones se habla, debe señalarse que esta publicación, al menos en su última etapa comenzada hace tres años, se ha caracterizado por dar cobija en sus páginas a las voces más diversas, tanto por razones geográficas como por sus matices y honduras.
Este ha resultado, sin duda, uno de sus principales aciertos. El arte es una palabra más a través de la cual la especie humana comunica sus temores y esperanzas. Pero cada creador la pronuncia, la concibe, la da a luz a su manera. Cada uno tiene la suya. ?Cuál la verdadera? ?Cuál la mejor?
"No lo sabemos", dice la nota de presentación de este número, que se ha dedicado a recorrer algunos paisajes "a pie o a caballo, en guarandingas y carretones, en guaguas o autos, en mulos y camiones", y que al final ha obtenido como respuesta que la más fructífera de las posiciones a tomar es la conciliación. Esa constituye la manera idónea de entender, e incluso de abrir nuevos cauces o enmendar los que tal vez lo necesiten.
En la sección Deslindes, Alberto Abréu, Francis Sánchez y Ricardo Riverón reflexionan en torno a la incorporación del territorio al ‘concierto universal’, y analizan de manera específica las repercusiones múltiples que el residir fuera de la capital tiene en la obra y vida de los creadores cubanos.
"Cuba es La Habana y lo demás, paisaje", dice un refrán que se ha utilizado como irónico eje, para conducir en esta oportunidad la articulación editorial.
Pero lo cierto es que a lo largo de la Isla, en materia artística (y en otros órdenes también, claro está), hay (y ha habido) mucho que ver.
En este número, en sus diversas secciones, se da fe de quienes desde provincia, desde un municipio, un poblado o una comunidad, han sostenido su labor creativa, a veces contra viento y marea.
Así aparecen noticias de poetas como Luisa Molina, Digdora Alonso, Carlos Galindo Lena, Luis Marimón, Reynaldo García Blanco, Rigoberto Rodríguez Entenza y (ya más contemporáneos) José Serrano, Luis Pita, Marisela Prendes, Yunier García, Leymen Pérez, Annia Alejo, Luis Felipe Rojas... (Y, como agradable sorpresa para la memoria, se recogen algunas cuartetas de Seboruco.)
Aparecen narradores como Mariela Varona, Obdulio Fenelo, Loreley Rebull, y hasta un grupo de cuentistas llamado Hacedor, de Jiguaní, a uno de cuyos miembros le dieron un importante premio, "aunque los cuentos se ubican en una atmósfera rural", según decía el acta del jurado, como si eso fuera un lastre, como si no hablar de la ciudad fuera pecado.
También se descubren confesiones del dúo de Lien y Rey y del coreógrafo y bailarín José Angel Carret, a la vez que se estudia a fondo las mujeres matanceras en las Artes Visuales.
Como parte de los recursos de diseño se ha incluido un mapa en el cual se señalan las más de 20 localidades, en las cuales radican o han nacido todos estos autores (de cada provincia hay por lo menos un representante). Con notable picardía, a este mapa se le ha cercenado la parte correspondiente a la capital cubana.
Para lograr una aproximación entre lo local y lo universal en materia gráfica, Johan E. Trujillo, el diseñador, aprovecha al máximo la inquietante obra plástica de Wiliam Hernández, donde se funde "la simbología clásica con íconos y signos de la actualidad insular." Eso, junto al buen manejo del resto de los recursos a los que habitualmente echa mano para hacer maravillas en el trabajo con la RISO
Como más o menos ha podido verse, en esta ocasión la revista Matanzas sorprende nuevamente por la variedad no solo de géneros, sino también de manifestaciones artísticas: literatura, música, artes plásticas, historia, cine, danza...
En una entrevista (aun inédita) a Alfredo Zaldívar, el editor, alguien le preguntaba por qué una publicación del Centro Provincial del Libro y la Literatura se abría hacia esos otros campos de la cultura.
Afirmó que eso responde en primer lugar a una tradición: desde su fundación nació con el concepto de "Revista-Artístico Literaria", pero que también se relaciona con el hecho de que en provincia, en la mayor parte de los casos, no existe otro tipo de publicación cultural especializada, ese es el único medio para que todo salga a la luz.
"Además veo la cultura como un todo", dijo. "Hay muchas interrelaciones, nada puede existir separado de nada", dijo.
También se refirió entonces al papel de dinamizador que debe asumir una publicación de ese tipo, que es el cauce más inmediato e idóneo para apreciar y reflexionar en torno al panorama cultural en su sentido más amplio.
Esa idea se ha desarrollado número tras número de la revista Matanzas, que madura aceleradamente, y se convierte, con cada salida, en un suceso cultural cada vez más poderoso, generador de numerosas expectativas en el panorama artístico cubano.
Sin más, damos por terminadas las palabras de presentación mundial del nuevo número de la revista Matanzas.
*Palabras de presentación de la revista Matanzas, leídas el pasado 22 de abril en el
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