“La XVII edición de la Feria Internacional del Libro en Matanzas superó jornadas anteriores desde el primer momento; como nunca se ha logrado una unión inseparable entre los textos, sus autores y el público, que disfrutó de cada presentación”, aseveró Dulce María López, Directora de Cultura en la provincia de Matanzas.
En casi una semana se vendieron 371 721 ejemplares, correspondientes a 325 títulos para todas las edades, publicados por editoriales nacionales y algunas foráneas.
Se recaudó más de un millón 500 mil pesos en las cuatro ciudades que fungieron como subsedes: Matanzas, Jagüey Grande, Cárdenas y Colón.
Se contó con el honor de recibir la visita de Graziella Pogolotti y Antón Arrufat, premios nacionales de literatura, a quienes se dedica esta Feria, y que presentaron aquí diversos volúmenes suyos. (En el caso de Arrufat, dos publicados en casa editoras de este territorio.) Creadores de otras provincias también visitaron a los matanceros, para compartir sus experiencias en el oficio de la escritura.
Como parte de la necesidad de llevar la Feria no sólo al centro de la ciudad, sino a todos los sitios, se realizaron extensiones el Pedagógico, la Universidad, la Escuela de Instructores de Arte, el Combinado del Sur y en el Hospital de Maternidad.
“No obstante, para futuras ediciones del acontecimiento podríamos perfeccionar aún más el trabajo en ese sentido, sobre todo conseguir que en esos otros sitios participen más los escritores, los artistas en general”, dijo Dulce María.
En las calles, a cualquier hora del día llenas la gente es quien ha tenido la última palabra, y han podido apreciar la magnitud de esta Feria. Niños, adultos, han pasado estos días husmeando entre las librerías y comprando sus títulos preferidos. El cantante Freddy Maragotto, por ejemplo, asegura que se ha abastecido de buena literatura.
En la ciudad de Matanzas, los italianos Giovanni Monzón y Leonardo Zoccante afirma que en su país “LAS ferias de este tipo se vuelven en ocasiones muy elitistas, y no todo el mundo tiene recursos para comprarse tan buenos libros”.
“Aquí en esta localidad, participamos en el homenaje a Graziella Pogolotti, fue muy conmovedor, nosotros la pudimos conocer y felicitar. También nos ha impresionado la presencia de los niños en su espacio ferial. De seguro que regresamos el año próximo, para ver algo tan bello, el gran amor por la lectura que hemos apreciado.”
En casi una semana se vendieron 371 721 ejemplares, correspondientes a 325 títulos para todas las edades, publicados por editoriales nacionales y algunas foráneas.
Se recaudó más de un millón 500 mil pesos en las cuatro ciudades que fungieron como subsedes: Matanzas, Jagüey Grande, Cárdenas y Colón.
Se contó con el honor de recibir la visita de Graziella Pogolotti y Antón Arrufat, premios nacionales de literatura, a quienes se dedica esta Feria, y que presentaron aquí diversos volúmenes suyos. (En el caso de Arrufat, dos publicados en casa editoras de este territorio.) Creadores de otras provincias también visitaron a los matanceros, para compartir sus experiencias en el oficio de la escritura.
Como parte de la necesidad de llevar la Feria no sólo al centro de la ciudad, sino a todos los sitios, se realizaron extensiones el Pedagógico, la Universidad, la Escuela de Instructores de Arte, el Combinado del Sur y en el Hospital de Maternidad.
“No obstante, para futuras ediciones del acontecimiento podríamos perfeccionar aún más el trabajo en ese sentido, sobre todo conseguir que en esos otros sitios participen más los escritores, los artistas en general”, dijo Dulce María.
En las calles, a cualquier hora del día llenas la gente es quien ha tenido la última palabra, y han podido apreciar la magnitud de esta Feria. Niños, adultos, han pasado estos días husmeando entre las librerías y comprando sus títulos preferidos. El cantante Freddy Maragotto, por ejemplo, asegura que se ha abastecido de buena literatura.
En la ciudad de Matanzas, los italianos Giovanni Monzón y Leonardo Zoccante afirma que en su país “LAS ferias de este tipo se vuelven en ocasiones muy elitistas, y no todo el mundo tiene recursos para comprarse tan buenos libros”.
“Aquí en esta localidad, participamos en el homenaje a Graziella Pogolotti, fue muy conmovedor, nosotros la pudimos conocer y felicitar. También nos ha impresionado la presencia de los niños en su espacio ferial. De seguro que regresamos el año próximo, para ver algo tan bello, el gran amor por la lectura que hemos apreciado.”
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