Escrita y puesta en escena hace casi veinte años, la obra de teatro La ventana tejida, del dramaturgo Ulises Rodríguez Febles, continúa siendo un peculiar llamado de atención sobre el impacto de la enfermedad de Alzheimer en el individuo, la familia y la sociedad.
La pieza (se trata de un monólogo) aborda los conflictos de una mujer que se ocupa —totalmente sola— del cuidado de su madre, afectada por el Alzheimer. Como una interminable cascada de palabras la mujer habla sin parar: sencillamente se desahoga explicándonos —o más bien tratando de explicarse ella misma— cuanto le sucede.
Se debate entre el amor a la madre y el sacrificio que implica dedicarse a protegerla. Un sacrificio que la lleva a renunciar a su propio yo, a su realización personal, y a entregarse por completo, a ‘inmolarse’ para que en medio del padecimiento la madre sufra lo menos posible.
La protagonista añora salir a la calle, y no puede: si lo hace la madre grita a todo pulmón, tanto que sus alaridos se oyen a dos y tres cuadras de distancia. Añora compartir su vida sentimental con un hombre, y no puede: tendría que dejarla a ella, y no, qué va, de ninguna manera la va a dejar. Añora reiniciar su labor como científica, y no puede, como ella misma lamenta:
“Tanto trabajo para terminar una carrera y ahora no puedo ejercerla (...) ¿Sabes lo que más deseo en mi vida? Volver al laboratorio, creo que el día que ponga el pie en la puerta me desmayaré (...)”.
Ulises concibió La ventana tejida a partir de la experiencia que vivió Pedro Vera, director del grupo Teatro D’Sur, del municipio de Unión de Reyes. La madre de Pedro Vera padecía el Alzheimer y él, echando a un lado muchos de sus proyectos de vida y de entrega al arte, por muchos años se dedicó a cuidarla conmovedoramente.
La Ventana... ha tenido tres puestas en escena. La primera estuvo a cargo de Pedro Vera, con Teatro D´Sur; luego le siguió la del grupo El Puente, con Celeste del Pozo, y la dirección de Beatriz Valladares Sanfiel, y por último la de Miriam Muñoz con Icarón Teatro. Los montajes de Vera y Miriam Muñoz alcanzaron, cada uno en su momento, premios en diversas categorías en el Festival del Monólogo de La Habana.
En la presentación de Vera, en la capital, el público aplaudió bastante, comentó entusiasmado en los pasillos el desgarrante drama que acababan de presenciar. Pero sin dudas el momento más emocionante que ha suscitado esta obra, se produjo cuando Miriam Muñoz la actuó en el Teatro Sauto, en una función especial donde estuvieron presentes familiares de personas con Alzheimer, médicos, enfermeras, trabajadores sociales.
Como texto, La ventana tejida fue dada a la luz por Ediciones Vigía en 1992. Era el primer libro que publicaba Ulises Rodríguez Febles. Desde entonces se ha vuelto a llevar a la letra impresa en otras tres ocasiones. La última fue el año pasado, en una antología de monólogos preparada por el Teatro Terry, de Cienfuegos, y la editorial Tablas Alarcos.
Por cierto, ese libro se presentará próximamente, como parte de las actividades divulgativas celebradas en la ciudad de Matanzas en torno al 21 de septiembre, considerado como el Día Internacional del Alzheimer. El volumen se dará a conocer en esa misma fecha, a las 2:00 p.m., en el Centro de Información de las Artes Escénicas, donde, además de Ulises, estarán presentes Miriam Muñoz, la coreógrafa Liliam Padrón, el poeta Israel Domínguez y otros artistas e intelectuales, que analizarán los modos en que este padecimiento se ha visto desde la perspectiva de la cultura, y de manera específica se referirán al significado que en ese sentido ha tenido La ventana tejida.
Escrita y puesta en escena hace casi veinte años, la obra continúa siendo un peculiar llamado de atención sobre el impacto del Alzheimer en el individuo, la familia y la sociedad. No hay dudas.
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