Carilda Oliver Labra, Premio Nacional de Literatura, agradeció los aportes que el poeta y editor Alfredo Zaldívar ha hecho (y hace) a favor de la cultura en Matanzas y, todavía más, en Cuba entera.
“De todo corazón”, la poetisa le dedicó su última tertulia en el Museo Palacio de Junco, donde otros destacados creadores invitados (Laura Ruíz, Víctor Fowler y Carmen Berenguer Hernández) compartieron sus valoraciones sobre el desenvolvimiento intelectual de Zaldívar, que llegó este 2006 a sus cincuenta años de existencia.
Cuando se le menciona, de inmediato viene a la mente Ediciones Vigía. En abril de 1985 fundó ese proyecto editorial del que libros, pergaminos, plegables, pergaminos y revistas empezaron a nacer a creatividad pura, empleando un viejo mimeógrafo y el papel craft, el papel ‘despreciado’ con el que entonces se envolvía en las bodegas.
Vigía ayudó a despabilar la vida cultural cubana; además de escritores de relevancia nacional, a su alrededor se movilizaron músicos, creadores de la plástica y de otras manifestaciones artísticas.
Pero Zaldívar no se agota ahí. Ha publicado varios libros de poemas, realizó una investigación en torno a ese personaje popular tan significativo que es Seboruco, y en la actualidad labora como editor de la Revista Matanzas.
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