Un notable aporte al estudio de Enrique Labrador Ruiz (1902-1991) lo constituye un libro publicado por Ediciones Matanzas, en el que se recuperan algunos fragmentos del complejo proceso de recepción de la obra de este imprescindible narrador cubano.
Enrique en la república de Labrador, como se titula el volumen, reúne acercamientos a la figura de Labrador Ruiz mediante artículos, reseñas, crónicas y entrevistas dadas a conocer en la prensa cubana, en las décadas del cuarenta y el cincuenta del pasado siglo, franja de tiempo muy significativa en su producción literaria.
El volumen, compilado por Rebeca Murga y Lorenzo Lunar, recoge en total quince trabajos, algunos firmados por escritores hoy muy reconocidos como Salvador Bueno, Gastón Baquero, Agustín Acosta, Marcelo Pogolotti, Fernando G. Campoamor y Heberto Padilla.
Son testimonios de la polémica manera en que Labrador Ruiz se impuso en la república de las letras cubanas y, a la vez, de los esfuerzos de la época para llegar a la verdad que había en sus tan insólitas propuestas escriturales.
Labrador Ruiz fue un caso inaudito durante la primera mitad del siglo XX. Un caso sin precedentes. Ya desde Laberinto de sí mismo (1933), su primer volumen de prosa, produjo consternación, debido a sus modos de concebir y hacer la literatura.
Entre sus obras también se encuentran las novelas Cresival (1936), Anteo (1940) y La sangre hambrienta (1950), así como los libros de cuentos Carne de Quimera (1947), Trailer de sueños (1949) y El gallo en el espejo (1953).
Enrique en la república de Labrador es el tercer volumen que han dado a conocer Rebeca y Lorenzo, los compiladores, para contribuir al rescate paulatino de la obra y del pensamiento en torno a la imprescindible obra de Enrique Labrador Ruiz.
Enrique en la república de Labrador, como se titula el volumen, reúne acercamientos a la figura de Labrador Ruiz mediante artículos, reseñas, crónicas y entrevistas dadas a conocer en la prensa cubana, en las décadas del cuarenta y el cincuenta del pasado siglo, franja de tiempo muy significativa en su producción literaria.
El volumen, compilado por Rebeca Murga y Lorenzo Lunar, recoge en total quince trabajos, algunos firmados por escritores hoy muy reconocidos como Salvador Bueno, Gastón Baquero, Agustín Acosta, Marcelo Pogolotti, Fernando G. Campoamor y Heberto Padilla.
Son testimonios de la polémica manera en que Labrador Ruiz se impuso en la república de las letras cubanas y, a la vez, de los esfuerzos de la época para llegar a la verdad que había en sus tan insólitas propuestas escriturales.
Labrador Ruiz fue un caso inaudito durante la primera mitad del siglo XX. Un caso sin precedentes. Ya desde Laberinto de sí mismo (1933), su primer volumen de prosa, produjo consternación, debido a sus modos de concebir y hacer la literatura.
Entre sus obras también se encuentran las novelas Cresival (1936), Anteo (1940) y La sangre hambrienta (1950), así como los libros de cuentos Carne de Quimera (1947), Trailer de sueños (1949) y El gallo en el espejo (1953).
Enrique en la república de Labrador es el tercer volumen que han dado a conocer Rebeca y Lorenzo, los compiladores, para contribuir al rescate paulatino de la obra y del pensamiento en torno a la imprescindible obra de Enrique Labrador Ruiz.
Publicado en Mar Desnudo
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