lunes, noviembre 07, 2011

Bienal Literaria José Jacinto Milanés: Presentarán más de una decena de nuevos libros

La presentación de una decena de libros se halla entre las propuestas más atractivas de la II Bienal de Poesía José Jacinto Milanés, que del 12 al 14 de noviembre tendrá lugar en la ciudad de Matanzas.

Auspiciado por la filial de escritores de la UNEAC en esta provincia, el evento abrirá espacio a varios títulos de poesía: Reverso del Mantel, de Raúl Luis; Las fundaciones, de Rito Ramón Aroche; Las palabras vuelan, de Cecilia Meireles; Palabras en la arena, de José Manuel Espino, y Cara o cruz, de María Iluminada González.

De igual modo permitirá conocer a propuestas en otros géneros literarios: Del agua refluyente. Sobre los versos de La Edad de Oro (ensayo), de Caridad Atencio; Enrique en la República de Labrador (compilación de artículos sobre este destacado narrador cubano); La muerte y otros cuentos (premios y menciones del Concurso Internacional Julio Cortázar 2010); y Ciertos nombres de amor (literatura infantil), de Lidia Meriño.

Un momento especial lo constituirá la presentación de los textos ganadores en la pasada edición del concurso José Jacinto Milanés: Peliculeras (teatro), de Santiago Portuondo, y Luna de los pobres (poesía), de Charo Guerra.

La mayoría de estos volúmenes fueron preparados por Ediciones Matanzas, aunque hay varios pertenecientes a otras casas editoras cubanas.

Durante la jornada literaria, que se desarrollará en la sede de la UNEAC, serán realizadas varias lecturas de versos, una de estas a cargo de Carilda Oliver Labra. Precisamente a ella, ante el advenimiento de su noventa cumpleaños el próximo año, se dedica en esta oportunidad la Bienal.

Se organizará además una mesa de opinión dedicada a la labor de las revistas culturales cubanas y serán entregados oficialmente los premios del concurso Milanés 2011 a Laura Ruiz, por Otro retorno al país natal (poesía) y a Félix Sánchez, por Detrás de las palabras (cuento).

Por último, se darán a conocer los ganadores de la Beca de Creación Juan Francisco Manzano 2011, otorgada por la UNEAC en la provincia.

sábado, octubre 22, 2011

Laura Ruiz y Félix Sánchez ganan Premio Milanés 2011

Laura Ruiz Montes y Félix Sánchez Rodríguez recibieron el Premio Literario José Jacinto Milanés 2011 en las categorías de poesía y cuento, respectivamente.

Otro retorno al país natal se titula el cuaderno de versos de Laura, escogido por un jurado que integraron María Iluminada González, Bertha Hernández López y Raúl Luis Castillo.

Por su parte, Félix Sánchez ganó el certamen con libro de narraciones Detrás de las palabras. En cuento, el jurado lo formaron Charo Guerra, Rebeca Murga y Lorenzo Lunar.

Este premio lo convoca la filial de escritores de la UNEAC en la provincia de Matanzas, donde será entregado oficialmente el 14 de noviembre en la clausura de la II Bienal de Poesía José Jacinto Milanés.

sábado, octubre 15, 2011

Legna Verdecia y Urbano Martínez, ganadores por partida doble

Legna Verdecia y Urbano Martínez Carmenate fueron ganadores por partida doble en el Premio Fundación de la Ciudad de Matanzas 2011.

Legna se llevó el premio en poesía, con el cuaderno El momento perfecto, y en novela, con Mayonesa bien brillante. Urbano ganó en ensayo con la obra Letras húmedas. La ciudad poética, que también le valiera el premio especial al libro que mejor aborda un tema relacionado con la ciudad de Matanzas.

En poesía los jurados fueron Antón Arrufat, Soleida Ríos e Israel Domínguez. En ensayo, Margarita Mateo, Rogelio Riverón y Lincoln Capote. En novela Jorge Ángel Pérez, Jorge Enrique Lage y Norge Céspedes.

Los resultados de esta quinta edición del certamen se dieron a conocer como cierre de una jornada literaria que se extendió del 12 al 14 de octubre, en varios espacios de la ciudad de Matanzas, como la Casa de las Letras Digdora Alonso, el Museo Farmacéutico y la sede de la filial local de la UNEAC.

Entre las actividades que se organizaron estuvieron una conferencia de Zoila Lapique sobre el grabado del siglo XIX con Matanzas como tema, lecturas de poesía y narrativa, el espacio artístico-literario Café Mezclao y la presentación de los libros ganadores en la pasada convocatoria: El libro impublicable de Rauli (noveleta infantil), de Esther Súarez Durán; Crónicas de Satz-Natam (cuento), de Raúl Dávalos, y Anatomía del pugatorio (teatro), de Roberto Viña. En la Galería Elsa Triolet, del Museo Farmacéutico, quedó inaugurada la muestra Cinco años del Premio Literario Fundación de la Ciudad que recoge libros, carteles, trofeos, programas, diplomas y un video con momentos de las ediciones precedentes.

El evento entregó por primera vez el Premio Honorífico Fundación de la Ciudad 2011 al poeta, narrador, dramaturgo y ensayista Antón Arrufat, Premio Nacional de Literatura, quien fue declarado este año Presidente de Honor del Certamen.

viernes, septiembre 16, 2011

Urbano Martínez Carmenate: La biografía es una novela que no inventa el autor

(Publicado en tvyumurí)

Está bien claro que Urbano Martínez Carmenate es, si no el mejor, uno de los mejores biógrafos contemporáneos cubanos. Tiene una biografía singularmente notable: Domingo del Monte y su tiempo (reeditada el pasado año), y tiene además una labor sostenida que ha brindado acercamientos necesarios y acertados a figuras como José Jacinto Milanés, Bonifacio Byrne, Nicolás Heredia, Carilda Oliver Labra y Federico García Lorca.

Además de biógrafo, es investigador e historiador. En ese sentido destaca el libro Atenas de Cuba: del mito a la verdad, también reeditado el pasado año por Ediciones Unión. Y existe otra faceta de Urbano que es poco conocida, pues la ha mantenido hasta ahora casi en secreto, y totalmente inédita: escribe cuento y poesía.

En esta ocasión, nos referiremos específicamente a su incursión en la biografía, donde cada uno de sus textos sobresale no solo por la originalidad de las reorganizaciones, de las interpretaciones de las existencias de cada uno de estos personajes, sino además por el agradable modo en que están escritos: domina a fondo el trabajo con la palabra.

Trabajo. No se puede obviar este término en su caso. Trabajo para reunir dato a dato tantas vidas, tantas épocas. Trabajo para luego hacer renacer todo eso que ya fue, mediante la escritura: buscando su perfección reelabora —cuando menos— dos veces cada página, aunque de algunos capítulos ha hecho tres y hasta cinco versiones.

¿De qué manera eliges las figuras en las que vas a profundizar? ¿Cómo llevas a cabo la investigación?

No escojo cualquier personaje para biografiarlo. ¿Requisitos? No ser de una pieza, tener complejidad, contradicciones, secretos y misterios. Decidido el personaje, hago entonces el proyecto, el plan de trabajo, concebido para tres años, por lo general. Cada libro lleva su plan, su estrategia, su batalla. Una primera jornada es de búsqueda de información, de investigación; una segunda es de análisis, de decantación; la tercera y última jornada es la de la escritura. Pero antes de escribir preciso concebir la estructura en la mente. A esto último dedico el tiempo y la atención que nadie imagina.
Ya que habla de estructuras, recuerdo que en algunas ocasiones has dicho que una biografía tiene mucho parecido con una novela.

La biografía es una novela cuyo argumento y personajes no inventa el autor. Pero no significa que prescindamos de la imaginación. Muy por el contrario, necesitamos imaginación para llenar huecos, lagunas, momentos en que hace falta la información. También es necesario dominar las técnicas narrativas. Un biógrafo tendrá que narrar escenas, interpretar caracteres, describir atmosferas humanas, presentar épocas y espacios... Como escritor debe tener sus habilidades, su experiencia y su bagaje cultural.

En fin una biografía se parece bastante a una novela histórica.

La mayor parte de las biografías que has publicado tienen el siglo XIX como telón de fondo. ¿Es la etapa que más te agrada?

Sí. Pero aquí hay que ver un problema solo de preferencia. He trabajado el siglo XX y me ha resultado fascinante. Pero tengo un gusto en especial por los tiempos coloniales. Me agrada reconstruir las costumbres de esos periodos tan lejanos que dependen en lo esencial de documentos rotos por las polillas. Se trata además de procesos tan lejanos en el tiempo, que siempre trae consigo el hallazgo sorpresivo, la fascinación de lo curioso, lo extraño y lo extravagante. Me interesa más que los otros periodos, próximos a lo contemporáneo.

Ahora bien, independientemente de que prefiera la época colonial, al profundizar con cualquiera de mis personajes me he apasionado de igual modo. En cierto modo he vivido con ellos, me he identificado plenamente con ellos

¿Te has identificado plenamente con ellos?
El buen biógrafo, cuando tiene un personaje en el tintero, sueña y vive con él día a día. Es increíble cómo uno llega a amar a su personaje de tal manera, con tal pasión, que se identifica con el de una forma increíble. No solo el biógrafo se llena de su biografiado; a la vez, el biografiado invade los espacios del biógrafo. Es un proceso interesante, el poder de una gran pasión. Y es encantador ver cómo se va revelando esa figura desconocida, poco conocida, medianamente conocida, hasta volvérsenos u personaje familiar, un pariente. Por todos mis personajes he sentido lo mismo.

Te voy a contar algo gracioso de cuando yo preparaba el libro de Milanés. Ocurrió en el Museo Palacio de Junco, donde yo trabajaba como investigador desde entonces. Un grupo de jóvenes iba saliendo de un recorrido y luego de pasarme por el lado, uno de ellos se viró y le dijo a los otros: “Miren eso, es igualito a Milanés, ¡cómo se parece!”. Era verdad. Tenía barba y casi sin darme cuenta me había dejado el pelo largo, como Milanés. Capaz que hasta tuviera la expresión de Milanés pues en esos tiempos, mediados de los años ochenta, constantemente estaba pensando en lo que él podría pensar de cada cosa, de cada situación en la que se viera envuelto.

Acabas de confesar tu identificación con los personajes estudiados, y sin embargo en otras ocasiones has dicho que resulta esencial tener objetividad a la hora de acercarse a los biografiados. ¿Has caído en una contradicción?

No, de ninguna forma. La biografía exige pasión, pero no pasión ciega. Es necesario contar con la objetividad suficiente para no aferrarse a extremos. Hay que querer al personaje pero al mismo tiempo vivir siempre sospechando de él, de todos sus actos. Lo peor para un biógrafo, lo único que pudiera noquearlo para siempre, es hecho de sufrir la “traición” de su biografiado. Podrán traicionarlo las fuentes, hasta traicionarse él mismo, pero nunca el exceso de confianza puede empujarlo a dejarse traicionar por su personaje.

Se trata sencillamente de ponerlo en su sitio. Cuando se escoge una figura para ser biografiada es porque su vida merece ser contada, tanto por lo positivo como por lo negativo. Toda personalidad es parte de una historia, y es esa historia lo que más interesa.

Mirando el Alzheimer desde una ventana tejida

(Publicado en tvyumurí)

Escrita y puesta en escena hace casi veinte años, la obra de teatro La ventana tejida, del dramaturgo Ulises Rodríguez Febles, continúa siendo un peculiar llamado de atención sobre el impacto de la enfermedad de Alzheimer en el individuo, la familia y la sociedad.

La pieza (se trata de un monólogo) aborda los conflictos de una mujer que se ocupa —totalmente sola— del cuidado de su madre, afectada por el Alzheimer. Como una interminable cascada de palabras la mujer habla sin parar: sencillamente se desahoga explicándonos —o más bien tratando de explicarse ella misma— cuanto le sucede.

Se debate entre el amor a la madre y el sacrificio que implica dedicarse a protegerla. Un sacrificio que la lleva a renunciar a su propio yo, a su realización personal, y a entregarse por completo, a ‘inmolarse’ para que en medio del padecimiento la madre sufra lo menos posible.

La protagonista añora salir a la calle, y no puede: si lo hace la madre grita a todo pulmón, tanto que sus alaridos se oyen a dos y tres cuadras de distancia. Añora compartir su vida sentimental con un hombre, y no puede: tendría que dejarla a ella, y no, qué va, de ninguna manera la va a dejar. Añora reiniciar su labor como científica, y no puede, como ella misma lamenta:

“Tanto trabajo para terminar una carrera y ahora no puedo ejercerla (...) ¿Sabes lo que más deseo en mi vida? Volver al laboratorio, creo que el día que ponga el pie en la puerta me desmayaré (...)”.

Ulises concibió La ventana tejida a partir de la experiencia que vivió Pedro Vera, director del grupo Teatro D’Sur, del municipio de Unión de Reyes. La madre de Pedro Vera padecía el Alzheimer y él, echando a un lado muchos de sus proyectos de vida y de entrega al arte, por muchos años se dedicó a cuidarla conmovedoramente.

La Ventana... ha tenido tres puestas en escena. La primera estuvo a cargo de Pedro Vera, con Teatro D´Sur; luego le siguió la del grupo El Puente, con Celeste del Pozo, y la dirección de Beatriz Valladares Sanfiel, y por último la de Miriam Muñoz con Icarón Teatro. Los montajes de Vera y Miriam Muñoz alcanzaron, cada uno en su momento, premios en diversas categorías en el Festival del Monólogo de La Habana.

En la presentación de Vera, en la capital, el público aplaudió bastante, comentó entusiasmado en los pasillos el desgarrante drama que acababan de presenciar. Pero sin dudas el momento más emocionante que ha suscitado esta obra, se produjo cuando Miriam Muñoz la actuó en el Teatro Sauto, en una función especial donde estuvieron presentes familiares de personas con Alzheimer, médicos, enfermeras, trabajadores sociales.

Como texto, La ventana tejida fue dada a la luz por Ediciones Vigía en 1992. Era el primer libro que publicaba Ulises Rodríguez Febles. Desde entonces se ha vuelto a llevar a la letra impresa en otras tres ocasiones. La última fue el año pasado, en una antología de monólogos preparada por el Teatro Terry, de Cienfuegos, y la editorial Tablas Alarcos.

Por cierto, ese libro se presentará próximamente, como parte de las actividades divulgativas celebradas en la ciudad de Matanzas en torno al 21 de septiembre, considerado como el Día Internacional del Alzheimer. El volumen se dará a conocer en esa misma fecha, a las 2:00 p.m., en el Centro de Información de las Artes Escénicas, donde, además de Ulises, estarán presentes Miriam Muñoz, la coreógrafa Liliam Padrón, el poeta Israel Domínguez y otros artistas e intelectuales, que analizarán los modos en que este padecimiento se ha visto desde la perspectiva de la cultura, y de manera específica se referirán al significado que en ese sentido ha tenido La ventana tejida.

Escrita y puesta en escena hace casi veinte años, la obra continúa siendo un peculiar llamado de atención sobre el impacto del Alzheimer en el individuo, la familia y la sociedad. No hay dudas.

lunes, agosto 15, 2011

Daneris Fernández: entre dos aguas

(Publicado en tvyumurí)

Entre dos aguas: la narrativa y la historia, se desplaza desde hace algunos años la labor literaria de Daneris Fernández. Las últimas noticias de este navegar fueron su libro Historia del Teatro Sauto, ganador en 2009 del Premio José Luciano Franco, otorgado cada año al mejor texto histórico dado a conocer en casas editoras provinciales, y el volumen de cuentos Katiuska Molotov y el arsenal ruso, el pasado año premio de la crítica Orlando García Lorenzo, reconocimiento que entrega la filial provincial de la UNEAC en Matanzas.

—Las técnicas literarias se perciben la redacción y en la estructura de Historia... A veces hasta recreas determinadas escenas. ¿No ha traído polémica en ‘el mundo de los historiadores’?

En cierta forma, sí. Pero qué se le va a hacer. Cada cual escoge un camino, un modo de hacer. Y yo me voy por este. Además de la rigurosa investigación, los historiadores tenemos una responsabilidad adicional: lograr que nuestros textos se hallen bien escritos y resulten atractivos.

En tal sentido me adscribo al criterio del historiador Eduardo Vásquez Pérez en cuanto a que no siempre lo entretenido es poco serio y por el mismo motivo no siempre lo aburrido resulta algo riguroso.

A mi modo de ver una buena parte de nuestros investigadores no deslindan entre la tesis doctoral, más académica, más ‘seria’ en su escritura, y el libro, que debe ser más fresco, más fluido, tanto en la redacción como en la estructura.

—La narrativa, es decir, algunos de sus instrumentos, han apoyado tu labor como investigador. Sin embargo, la historia no se ha colado en tu narrativa... ¿Acaso no te atraen las tramas de época?

El hecho de ser un narrador con una formación historicista y de moverme entre esas dos aguas –ya con esta imagen se deduce que no son compartimentos estancos- me ha permitido exorcizar mis demonios equitativamente.

Lo que en verdad me inquieta y seduce es el conocimiento del alma humana, y me interesa además el destino de mi país como nación, como ente político-cultural. La historia me lleva hacia el hombre de otras épocas; la literatura, hacia el hombre contemporáneo.

En cuanto a la historia, le presto mucha a atención a la vida común. Necesito saber cómo se vestían los cubanos del XIX o los de los primeros años del siglo XX, los de los cincuenta, qué comían qué música escuchaban, qué leían, cómo hacían su toilette, como dormían y como se amaban. Te imaginaras que con todos esos datos es fácil sucumbir a la idea de escribir un relato o una novela de época. Pero hasta ahora he resistido la tentación.

—Por cierto, resulta curioso que el modo en que buscas el alma humana contemporánea –siguiendo tu idea– difiere bastante en tus dos libros. ¿Estás de acuerdo son eso?

—En mi primer libro de cuentos, Música de Fondo, mis personajes, sin llegar a estar al margen, se hallaban muy encerrados en sí mismos. Incluso esto se trasmitía a las atmosferas y a las locaciones que construía. Tanto es así, que llegué a acariciar la idea de escribir un libro en el que todas las historias se desarrollaran siempre en una habitación y alrededor de una cama sobre la que siempre habrían dos personajes en conflicto.

En Katiuska …, se aprecia cierta apertura, obligada esta por la exacerbación de la congoja que cerca a sus protagonistas, lo que los impulsa necesariamente a interactuar con los otros. Esto me ha hecho hablar y reflexionar sobre el aquí y el ahora, a esbozar de alguna manera cierta crítica social. Todo vinculado de alguna manera con la historia más reciente. Creo que es este el texto más maduro, el que con más autenticidad ha logrado reflejar esas reflexiones sobre el ser humano.

Julio Blanco: “Los Talleres Literarios no han dejado de ser importantes”

(Publicado en tvyumurí)

Algunos le han dicho rotundamente que el movimiento de Talleres Literarios ya no tiene sentido alguno, pero Julio Blanco, escritor de literatura infantil residente en el municipio de Cárdenas, no acepta eso.

Puede que les falte algo, concede: puede que no tengan el mismo ritmo, el mismo entusiasmo de otras etapas, como por ejemplo la de finales de los años 80, pero a lo que en verdad no le halla sentido es a decir que no hacen falta o que no cumplen con una importante función en estos momentos.

Con siete libros publicados, Julio Blanco relaciona gran parte de su formación artística al aporte que le fueron dando los Talleres Literarios.

“Empecé en uno que hacía el profesor Luis Espino en la Escuela Vocacional Carlos Marx, de Matanzas. Yo escribía sin ni son, a como saliera, y los criterios, los conocimientos elementales que me dio Luis Espino fueron esenciales para encausarme.

“Él, además, me hizo vincular al mundo artístico local. Me hizo a conocer a Carilda Oliver Labra, a Luis Marimón, a Luis Lorente. Recuerdo incluso la vez que estuvo Benedetti en la histórica casa de José Jacinto Milanés.

“Varios años después, ya graduado de Medicina Veterinaria, me incorporé en Cárdenas al Taller Literario Fray Candil, en donde me relacioné con los asesores Alberto Expósito y Brunilda Oves, y con los escritores Vicente Piqué, Jorge Luis Romillo, Teresita Cárdenas, Roberto Bueno Castán y José Beltrán.

“Por último, como para finalizar mi carrera de ‘tallerista’ por todo lo alto, estuve en el de literatura infantil organizado desde hace varios años por José Manuel Espino, por el cual han pasado, entre otros creadores, Yanira Marimón, Loreley Rebull, Cecilia Soto, Hebert Poll y Anelys Fundora.

“Y eso que me dieron los Talleres Literarios a mí, es lo mismo que hoy le pueden dar a los nuevos escritores en formación: luz y, por supuesto, compañía, gente como uno, con perspectivas, con intereses, con sueños más o menos similares, todo lo cual da ánimos para seguir, para superarse.”

Así que de ningún modo cree que se pueda prescindir de su funcionamiento, sobre todo para los creadores que viven en el interior de la provincia. Si no existieran, ¿qué otra alternativa de intercambio, de aprendizaje les quedaría?

Ahora bien, Julio Blanco admite lo necesario que es mejorar su trabajo, readecuarlo a las nuevas necesidades, a las nuevas circunstancias.

“Los especialistas deben prepararse mejor, hay que facilitar más intercambios entre los diversos municipios, pueden traerse cada vez más escritores de primera línea de otras provincias, enfocar todo esto de manera inteligente para que los Talleres Literarios recobren su jubilosa actividad de otros tiempos.”

miércoles, agosto 10, 2011

Johann E. Trujillo, diseñador premiado


(Publicado en tvyumurí)

Johann E. Trujillo acaba de obtener el Premio Anual de Diseño del Libro Raúl Martínez, en la categoría de colección, hecho que sin dudas jerarquiza desde diversos puntos de vista la obra que lleva a cabo en Ediciones Matanzas desde hace casi diez años.
Otorgado por el Instituto Cubano del Libro, en un certamen donde participan todas las editoriales del país, este premio fue a manos de Johann por su colección del Premio de Fundación de la Ciudad 2010 (con los volúmenes Ojos que te vieron ir, ensayo de Juan Ramón Ferrera; Se fue anoche, poemas de Rigoberto Rodríguez Entenza y Paperback writers, novela de Raúl Flores).
Nacido en 1977, Johann ya cuenta con una obra intensa y extensa que además de libros, plaquetes, boletines y revistas, incluye programas de mano, invitaciones, carteles de formatos que llegan a la gigantografías, así como diseños de stand, escenografías, ambientaciones y hasta discos. De hecho, se debe mencionar que en la actualidad comparte su labor como diseñador principal de Ediciones Matanzas, con la de responsable de la gráfica de Teatro Papalote.
Pero es sin dudas al arte del libro a lo que ha dedicado más tiempo, y donde ya va dejando una marca consistente, trascendente, que ahora el Raúl Martínez viene a confirmar.
Sus inicios en esta profesión parten de un curso elemental de diseño gráfico que en 1996 recibió en Ediciones Vigía, a la cual se incorporó desde ese mismo instante. Hizo más de 30 títulos en esta casa editora, reconocida en el mundo por sus hermosas producciones manufacturadas.
A estos primeros conocimientos vino a sumarse el encuentro con la plástica y la gráfica europea, sobre todo la española, que, según ha escrito el poeta y editor Alfredo Zaldívar, le permitió combinar estudios de diseño y trabajo en medios para él entonces nuevos.
Empezó a vivir una experiencia significativa en Ediciones Matanzas, a la cual se incorporóen el año 2002, cuando realizó toda la propuesta gráfica de El gran festín, volumen del dramaturgo René Fernández.
Pienso que su entrada en Ediciones Matanzas lo ayudó a encontrar el camino hacia la madurez creativa. Debo rectificar: más que ayudar pudiera decir que lo obligó, pues Ediciones Matanzas le planteó un reto grande: el trabajo con Sistema de Impresión Digital Riso, cuyo uso se generalizó en las casas editoras de todas las provincias.
En aquellos tiempos (y creo que todavía no se ha apartado del todo esa primera acogida), la Riso no era mirada con buenos ojos, casi lo único que se escuchaban eran quejas y más quejas sobre sus limitadas posibilidades: se trata de un sistema de impresión no profesional.
Desde el primer momento, Johann trató de emplearse a fondo para dar con las mejores formas de utilizarla. Ediciones Vigía, cuyo espíritu era el trabajo con escasos recursos materiales, le había enseñado que todo puede aprovecharse.
Como casi la única oportunidad que la Riso daba era el empleo del blanco y el negro, empezó a manejarlos con astucia para alcanzar los mejores resultados posibles. Empezó a manejar las gamas de grises, los ocres y los sepias. Empezó a trabajar el grafismo.
Además del propio acercamiento a los libros, uno de sus logros más a la vista lo ha constituido la Revista Matanzas, donde se ve con nitidez cómo echa mano a todos esos elementos, donde se resume la verdadera maestría lograda a partir de su aprovechamiento de las no pocas bondades de la Riso.
En los últimos tiempos, ha seguido experimentando. Además de llevar algunas cubiertas a otros medios como el off-set, en dos o más cromías, combina la impresión risográfica con la serigrafía.
Siempre está envuelto en alguna búsqueda, y no es sólo una búsqueda en lo relativo a la técnica, al dominio de su profesión que le permite hallar respuesta a cualquier reto, sino también fantasía, creatividad.